La valoración integral del paciente discapacitado implica una evaluación exhaustiva del paciente que incluye factores físicos, psicológicos y sociales. La evaluación debe enfocarse en la capacidad funcional del paciente, su estado emocional, su nivel de independencia y el impacto que la discapacidad tiene en su calidad de vida. La valoración puede incluir la evaluación de la fuerza muscular, el equilibrio, la capacidad de movimiento, la función cognitiva y la capacidad de realizar actividades de la vida diaria. También se debe considerar el entorno del paciente, incluyendo el hogar y la comunidad, para determinar cualquier necesidad de adaptación o modificación del entorno para mejorar la capacidad del paciente para funcionar de manera independiente y segura.

Valoración integral del paciente con dolor de tejidos blandos y dolor crónico:
La valoración integral del paciente con dolor de tejidos blandos y dolor crónico implica una evaluación detallada del dolor, incluyendo la duración, intensidad, ubicación y cualquier factor que lo empeore o mejore. También se deben considerar otros factores que pueden contribuir al dolor, como el estrés, la ansiedad, la depresión y el sueño. Además, se debe realizar una evaluación física para determinar cualquier problema estructural.